Si tienes una idea respecto a la creación de una aplicación y no quieres que la plagien o alguien se te adelante no dejes de leer hoy estas recomendaciones que traemos para ello. En la actualidad, la tecnología nos da muchas opciones para ser creativos, y en el mundo del desarrollo de aplicaciones se abre un amplio abanico.
Si has creado una app estás dando vida a un proyecto que tiene su razón de ser, sus características específicas y mucho tiempo dedicado a la misma. Por todo ello queremos evitar que nadie pueda copiarnos la idea, venderla o lucrarse con el trabajo que tanto esfuerzo nos ha costado.
¿Cómo patentar una aplicación?
La primera opción para proteger nuestras creaciones es patentarlo de forma legal, suele ser el medio habitual para inventos y marcas, pero debes saber que en lo que respecta a software informático y aplicaciones la cosa cambia. Pero antes de explicar todo el proceso vamos a ver primero en qué consiste una patente.
¿Qué es una patente?
La definición técnica de patente es la siguiente:
«Un conjunto de derechos exclusivos concedidos por un Estado al inventor de un nuevo producto o tecnología, susceptibles de ser explotados comercialmente por un período limitado de tiempo, a cambio de la divulgación de la invención».
En la página web del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo podemos ver que la patente es un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva la invención patentada, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular.
El derecho que otorga una Patente no es tanto el de la fabricación, el ofrecimiento en el mercado y la utilización del objeto de la Patente, sino que te da «el derecho de excluir a otros» de la fabricación, utilización o introducción del producto o procedimiento patentado en el comercio.
La Patente puede referirse a un procedimiento nuevo, un aparato nuevo, un producto nuevo o un perfeccionamiento o mejora de los mismos. La duración de la Patente es de veinte años a contar desde la fecha de presentación de la solicitud. Para mantenerla en vigor es preciso pagar tasas anuales a partir de su concesión.
¿Cómo afecta a las aplicaciones móviles?
Lo primero que debes saber en lo que respecta a programas informáticos o software es que una aplicación no es susceptible de ser patentada. Según se refleja en la Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes, ya que en su artículo 4.4 establece lo siguiente:
«No se considerarán invenciones en el sentido de los apartados anteriores, en particular: c) Los planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades intelectuales, para juegos o para actividades económico-comerciales, así como los programas de ordenadores».
Por lo tanto ya te aclaramos que los programas informáticos no pueden ser patentados. Por extensión las aplicaciones móviles están incluidas dentro de este apartado. Igualmente queda determinado en la normativa europea en su Convenio de Patente Europea, que junto con la Ley de Patentes complementa la legislación española en lo que a este tema se refiere.
Pero no desesperes, por que existen una serie de excepciones para que puedas ejercer la opción de patentar esa aplicación que has desarrollado. Para que una aplicación o software pueda ser patentada tiene que reunir unos requisitos y debe de tener un carácter técnico, o aportar una solución novedosa.
Tal y como la Oficina Española de Patentes y Marcas señala nuestra creación podrá ser patentada sólo si es novedosa y sin previa divulgación, si se distingue por una actividad inventiva no obvia y si es susceptible de aplicación industrial, es decir, que sea posible fabricar la invención de una forma física.
El paso siguiente es que debemos fijarnos en si la aplicación que has creado es o no una novedad en el mercado. Para ello el software que contenga debe ser único y completamente nuevo en todos los niveles. Acto seguido será validado por un experto en la materia que así lo confirme. Por lo tanto esa tecnología que hemos creado no puede existir en ninguna otra parte del planeta. Además, tiene que cumplir otros requisitos como el de interactuar de manera autónoma con su entorno.
Cómo ves el proceso no es nada sencillo, y la opción de patentar una aplicación suele ser un camino largo que puede conllevar meses de espera. No olvides que económicamente es un proceso costoso, ya que en ocasiones patentar algo puede costar más de 2.000.-€
¿Está ya patentada tu idea?
Antes de comenzar el camino de una patente debemos asegurarnos que nuestra idea aún no ha sido patentada. Para ello podemos hacer uso de internet y sus posibilidades ya que podemos encontrar diferentes webs que nos dan la opción de buscar patentes ya registradas, lo mejor es que esto al menos es gratuito.
Entre las diferentes opciones que tenemos comenzamos con Patentscope. En esta web tenemos disponible una base de datos bastante completa, que nos da acceso a las diferentes solicitudes internacionales de patentes efectuadas en el ámbito del PCT (Tratado de Cooperación de Patentes).
A nivel nacional tenemos la Oficina Española de Patentes y Marcas (OPEM). Gracias al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España en su web alberga un localizador denominado Invenes (el nombre no es lo mejor), que nos da la opción de buscar patentes, modelos de utilidad y diseños iberoamericanos. Además de otros buscadores relacionados con la materia, como son Google Patents, LatinPat, WipoInspire…
Continuamos con Espacenet, el cual es un servicio gratuito de búsqueda avanzada y a nivel mundial sobre patentes. Lo podemos encontrar también en el portal de la EPO, o lo que es lo mismo la Oficina Europea de Patentes.
Alternativas a la Patente
Como hemos visto hasta ahora la labor de patentar una aplicación es prácticamente imposible, salvo que tu idea sea extremadamente novedosa, incorpore una tecnología jamás vista y se alineen todos los planetas. Pero no desesperes siempre existen medios para proteger nuestra creación o idea ante posibles plagios.
La primera opción que mencionamos es la de los «Derechos de autor». Tal y como expresa el artículo 1 de la Ley de Propiedad Intelectual:
«La propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación«.
Por lo tanto lo primero que debes hacer es ir al Registro de la Propiedad Intelectual de tu localidad, recuerda que en tu Comunidad Autónoma hay un Registro Territorial. Una vez allí debes completar el formulario específico para los programas de ordenador. De este modo quedará constancia de la autoría de tu aplicación.
Otra opción que te indicamos aquí es la de registrar una marca comercial. Gracias a ello podrás desarrollar ese proyecto en el que estás trabajando. Como hemos visto ya aplicaciones, software o las ideas no se pueden registrar o patentar de forma oficial, pero sí podemos hacerlo con la marca comercial.
Es hora de idear un logotipo y un nombre que deje claro a quién corresponde ese trabajo. Si te fijas en la Play Store de Google podrás ver que cualquier aplicación refleja que está desarrollada por una marca. Por ejemplo la aplicación de Stamble Guys fue creada y desarrollada por Kitka Games.
Si quieres aún darle más seguridad a tu idea, software o aplicación puedes realizar diferentes acciones como son realizar el registro en internet a través de Safe Creative o Creative Commons en función de la licencia que queramos darle, y también dar fe de la misma ante notario y depositarla para dejar constancia de la autoría de la misma.
En definitiva, no desesperes y si has invertido tiempo y esfuerzo en realizar una aplicación protégela siempre de la mejor manera posible.