Google introduce una nueva función en su Play Store: desinstalación de aplicaciones de forma remota. Los indicios de esta función se habían detectado el año anterior, escondidos tras ciertas configuraciones. Ahora, parece que Google ha decidido lanzarla al fin de manera generalizada, pero con un despliegue silencioso en lugar de un anuncio a bombo y platillo.
Desinstalación remota en Google Play Store
Esta actualización, implementada discretamente, fue descubierta hace poco por el conocido informante tecnológico AssembleDebug, quien compartió el hallazgo con el mundo.
La nueva característica viene a complementar la ya existente de poder instalar apps de forma remota. Hasta ahora, los usuarios podían instalar apps en sus dispositivos a distancia, pero se veían obligados a eliminarlas de forma manual en cada dispositivo, un proceso tedioso y que consume mucho tiempo.
Para acceder a esta nueva función, primero, debes abrir la Google Play Store y dirigirte a la sección «Administrar apps y dispositivo». Una vez allí, en la pestaña «Administrar», encontrarás una interfaz que muestra tus aplicaciones instaladas. Si tienes varios dispositivos vinculados a tu cuenta, verás una casilla en la esquina superior izquierda que indica «✓ Este dispositivo».
Al tocar esta casilla, se desplegará un menú con todos los dispositivos conectados a la cuenta. Si seleccionas cualquiera de estos dispositivos, se mostrará una lista de las aplicaciones instaladas en él. Puedes entonces elegir una o varias aplicaciones marcando las casillas correspondientes. Cuando hayas hecho la selección, aparecerá un icono de papelera en la esquina superior derecha de la pantalla.
Al tocar este icono, se abrirá una ventana emergente que ofrece dos opciones: desinstalar la(s) aplicación(es) seleccionada(s) o cancelar la operación.
Lo bueno de esta función
Esta actualización es beneficiosa para aquellos usuarios que poseen múltiples dispositivos Android, como teléfonos, tablets y dispositivos wearables. Desinstalar aplicaciones en todos estos dispositivos desde una única interfaz centralizada ahorra tiempo y reduce la fricción en la gestión de apps.
Esta función, además, puede servir en situaciones donde un dispositivo no está físicamente disponible, pero requiere una limpieza de aplicaciones. Por ejemplo, si un usuario ha perdido su teléfono o lo ha prestado a un familiar, aún puede gestionar las aplicaciones instaladas en él, mejorando así la seguridad y privacidad.