¿Sabías que la primera revolución tecnológica se produjo en el Neolítico? Pues sí, fue el momento en que los seres humanos de esa época pasaron de ser nómadas a ser sedentarios y, para alimentarse, desarrollaron las primeras técnicas agrícolas.
La tecnología empezó a desarrollarse con la agricultura. Y es lógico pensar que ambas deben estar relacionadas por el bien de los humanos. Pero hay pequeños agricultores que tienen que sufrir cobrando muy poco por sus cosechas y viéndose incapaces de modernizar su maquinaria y herramientas debido a préstamos que piden más del 100% de intereses. Afortunadamente, otra tecnología sí los ayuda. ¿Te contamos más?
La evolución de la tecnología en la agricultura
Desde el Neolítico han pasado años. Muchos miles de años. Y la tecnología ha ido evolucionando. En la actualidad, la inteligencia artificial y su aplicación está revolucionando todos los sectores. Así como el blockchain, las criptomonedas…
La agricultura es uno de los sectores primarios mundiales. Necesitamos de sus cosechas para poder alimentarnos, crear otros alimentos o simplemente disfrutar. Por ejemplo, con el café. ¿Quién no adora una buena taza de café recién hecho y caliente al levantarse?
Los agricultores tienen una serie de transformaciones tecnológicas que les ayudan en su día a día a gestionar los cultivos y, con ello, a mejorar su producción. Pero no todos pueden acceder a ellas. En realidad, los pequeños agricultores del café en Latinoamérica se encuentran con grandes dificultades para acceder a préstamos o inversiones debido a los abusivos intereses que se les solicitan. Tampoco pueden acceder a los mercados para vender los excedentes de sus productos, y así mejorar su calidad de vida. ¿Y si te decimos que viven en casas con el suelo de tierra y el techo de lámina? Te hablamos de los productores de los mejores cafés del mundo.
Para ellos, la tecnología está vetada porque no pueden sacar el dinero suficiente para mejorar sus procesos, aumentar la producción y poder mejorar su estatus social para tener una vida digna.
Hasta ahora.
EthicHub, la tecnología al servicio de los pequeños agricultores
EthicHub es en realidad una plataforma de financiación colaborativa que pone la tecnología al servicio de esos pequeños agricultores. En su propia página web informan de que la combinación de la financiación y la tecnología les permite «proporcionarles acceso a capital de trabajo, con tipos de intereses muy accesibles, y al abrir mercados directos para sus excelentes productos, aseguramos que puedan pagar fácilmente los préstamos y disfrutar de los beneficios de su trabajo».
Pero, ¿qué es EthicHub? Hablamos de una startup española, multipremiada y reconocida a nivel nacional e internacional, que apuesta por crear un ecosistema colaborativo, basado en la economía real y productiva para generar un impacto social, económico y medioambiental a nivel global que se puso en marcha en 2017. Se caracteriza por dos aspectos fundamentales:
- La utilización del crowlending para poner en común a inversores que buscan proyectos en los que invertir para sacar una buena rentabilidad; y a comunidades de pequeños agricultores cafeteros que necesitan ese apoyo económico para mejorar su calidad de vida personal y profesional que no encuentran en sus países.
- El uso de la tecnología, a través del blockchain y el uso de las criptomonedas para establecer una inversión totalmente transparente y poder seguir el rastro del dinero desde el momento en que se invierte hasta que se recupera. Tal y como reflejan en la web, «no somos intermediarios financieros ni ejercemos de custodios de tu dinero».
De esta forma, acercan personas con un poder adquisitivo que quieren invertir para que ayuden a otras personas a mejorar sus vidas. Un proyecto que da rentabilidad y ayuda al prójimo.
El uso de la tecnología en EthicHub
Tal y como hemos comentado antes, la tecnología que utiliza EthicHub se basa en el blockchain. Esta proporciona transparencia en las transacciones que se llevan a cabo, pero también aporta un sistema rápido, seguro y donde el movimiento de las cantidades pequeñas no implica un coste elevado.
La blockchain de EthicHub está conectada a la red pública de Ethereum llamada xDai. Este ser el medio por el que se financian los préstamos y los costes asociados a la firma de los Contratos Inteligentes de cada inversor. Una vez se lleva a cabo la inversión, que puede ser con tarjeta bancaria o con criptomonedas, se crea automáticamente un monedero para criptomonedas, que será donde se reciba la devolución del dinero que se ha prestado así como los intereses generados.
Una vez se completa el proyecto, el dinero se transfiere al monedero del representante del grupo de agricultores que es el que se encarga de convertirlo en moneda local para poder gestionarlo para financiar las tareas agrícolas de los pequeños agricultores. En caso de que no se llegue a cubrir el 100% del proyecto, entonces ese dinero es devuelto a los inversores directamente sin utilizar.
Dicho de otra forma, el dinero solo se destina a la inversión en caso de que se complete la suma total solicitada por la comunidad de cafeteros. En caso contrario, esa inversión es devuelta para que pueda ser utilizada para financiar otro proyecto.
En todo momento el dinero irá dejando un rastro para saber qué se hace con este, de tal forma que las transacciones y proyectos quedan totalmente transparentes para que los inversores estén al tanto de la utilización de su dinero.
Gracias a ese uso, las inversiones que se realizan (con un mínimo de 20 euros de aportación), permite seguir el dinero y estar seguro de que realmente se utiliza para el objetivo que se dio. Pero, además de esta forma de colaboración, EthicHub también ofrece otra manera de ayudar a los pequeños agricultores: exportar su café. La venta del café es la única fuente de ingresos para muchas de éstas comunidades y a través de la financiación de EthicHub pueden acceder a mercados internacionales con mejores precios, lo que facilita el pago de los préstamos solicitados, a la vez que mejora sus ganancias. A través de EthicHub cualquier persona puede financiar a este colectivo que, a menudo, es invisible.
¿Te animarías a apoyar el proyecto de EthicHub?