Hoy casi todas las teles nuevas son “listas”, pero pocas personas exprimen realmente sus posibilidades. Una Smart TV no es solo Netflix o YouTube: también es cámara para tus reuniones, centro de domótica, consola sin cables, altavoz inteligente y hasta un marco digital que decora el salón con consumo mínimo. Si sientes que tu tele se queda corta, probablemente es porque no conoces todo lo que es capaz de hacer.
En esta guía reunimos, reescritas con nuestras palabras, las mejores ideas y funciones útiles vistas en diferentes fuentes especializadas y de marcas, integrándolas para que tengas una visión 360º. El objetivo es que puedas activar en pocos minutos videollamadas en pantalla grande, juegos en la nube, control del hogar, espejo del móvil, música y más, con consejos y opciones concretas compatibles con muchos modelos actuales.
Videollamadas cómodas y a lo grande
Las reuniones familiares y del trabajo se disfrutan y se gestionan mejor cuando todo se ve nítido y sin estar encorvado sobre el portátil. Muchas Smart TV de última generación admiten apps como Google Meet, Skype, Zoom o incluso Teams, de modo que puedes hablar desde el sofá con total naturalidad y sin depender del teclado y el ratón del PC.
Para que funcione, tu tele debe traer cámara integrada o permitir conectar una webcam por USB. En caso de que no dispongas de cámara, algunos ecosistemas, como el de Samsung, permiten usar la del teléfono como si fuera la del tele: vinculando el móvil a la TV y la cuenta de Google, puedes iniciar Meet y “acceder a TV”, con lo que tu smartphone hace de cámara web inalámbrica en el televisor.
Instalar la app de videollamadas suele ser tan sencillo como entrar en la tienda de aplicaciones de la tele, descargar e iniciar sesión. Después podrás invitar o unirte a reuniones, controlar el volumen, alternar micrófono, y seleccionar contactos con el mando a distancia o, mejor aún, con un teclado y ratón Bluetooth para ganar agilidad.
Un truco útil: si tu modelo lo permite, combina la videollamada con PiP o pantalla dividida para consultar documentos o el calendario en una miniatura mientras sigues viendo a tus interlocutores en grande. Esto te da margen para tomar notas en vivo sin perder de vista la conversación.

La tele como cerebro del hogar y altavoz inteligente
Prácticamente todas las Smart TV actuales integran asistentes como Google Assistant o Alexa. Esto significa que, además de pedir una película, puedes ordenar que se apaguen las luces del salón, que cambie la temperatura del termostato o que se cierre una cerradura inteligente compatible. En la práctica, tu tele se convierte en un panel central para controlar el resto del hogar conectado.
Gracias a la voz o al mando, podrás subir o bajar el volumen, cambiar de canal, crear recordatorios, poner temporizadores y pedir información rápida (resultados deportivos, una receta o el tráfico), pero también automatizar escenas: “Noche de cine” puede atenuar luces, activar la barra de sonido y arrancar tu app de streaming. Así tu Smart TV actúa como altavoz inteligente de gran formato e interfaz común.
La domótica no lo es todo. Si te preocupa el tiempo que hará, muchas teles incluyen apps o widgets de meteorología (Weather.com, AccuWeather, entre otras). En un vistazo tendrás la previsión de tu ciudad y alertas relevantes, ideal antes de salir de casa. Con esto ya no tienes que mirar el móvil para saber si toca paraguas, abrigo o chanclas.
Además, las Smart TV son un centro de música y podcasts estupendo. Instala Spotify, Deezer, Apple Music, Amazon Music o YouTube y reproduce en los altavoces de la tele o a través de una barra de sonido; incluso puedes enviar el audio del móvil a la TV en algunos ecosistemas. Si tu tele suena bien, disfrutarás de una experiencia más inmersiva que en el smartphone.
Otro plus de los últimos modelos es el modo “arte”, “ambient” o similar. Cuando no estás viendo nada, la TV reduce consumo y brillo para servir de cuadro virtual, mostrando fotos o pinturas como salvapantallas. Es una forma elegante de camuflar ese “rectángulo negro” y convertir la pantalla en un portafotos XXL sin penalizar la factura de la luz.
Jugar sin consola y otras formas de entretenimiento
Si te apetece echar unas partidas pero no tienes consola (o no quieres encenderla), hay Smart TV que permiten jugar directamente desde la nube. Servicios como NVIDIA GeForce Now o Xbox Cloud Gaming (en muchos televisores Samsung) te dejan abrir un título y jugarlo en streaming. Antes existían alternativas como Stadia, ya cerrada, y en algunos países está disponible Amazon Luna; el abanico cambia por marcas y regiones, pero la idea es la misma: instalas la app, vinculas tu cuenta y a jugar.
Para una experiencia completa, empareja un mando Bluetooth (de Xbox, PlayStation o específico para móvil/TV). Si no tienes mando, algunas apps permiten usar el teléfono como controlador, aunque no es lo más cómodo. También puedes usar Steam Link para reproducir por red local tus juegos del PC en la TV, lo que equivale a tener tu biblioteca de escritorio en el salón sin mover torres ni cables.
Más allá del cloud gaming, hay juegos nativos en las tiendas de aplicaciones de tu tele. Y si lo tuyo es el móvil, puedes castear el juego a la pantalla grande gracias a Chromecast integrado o funciones equivalentes, lo que mejora mucho la visibilidad de títulos casual y arcade. Combinado con un buen sonido, la sensación es más envolvente que en una pantalla pequeña.
Para quienes quieren ver y hacer más de una cosa a la vez, conviene explorar las funciones de pantalla dividida (Multi View) o PiP. Estas opciones, presentes en numerosas gamas (por ejemplo, Neo QLED o Crystal UHD en modelos recientes de Samsung), permiten partir la pantalla en dos o más áreas y mantener, pongamos, un partido mientras miras estadísticas o redes sociales. Es perfecto para seguir dos eventos deportivos a la vez o mezclar TV y videollamada.
¿Problemas de ruido en casa por la noche? Algunos televisores permiten conectar hasta dos dispositivos de sonido por Bluetooth simultáneamente. En ese escenario podrías tener una barra de sonido activa y a la vez unos auriculares (o dos pares de auriculares), para disfrutar en silencio sin molestar o personalizar el audio a cada usuario. Es una solución práctica para conciliar sueño y maratón de series bajo el mismo techo.

Conecta tu móvil y tu ordenador: espejo, mando, navegador y más
Duplicar la pantalla del smartphone en la tele es tan útil como adictivo. Tanto con Android como con iPhone, si tu modelo es compatible puedes activar mirroring para ver WhatsApp, fotos, apps o vídeos del móvil a gran tamaño. Con Chromecast o funciones equivalentes (Smart View, Google Cast), basta con pulsar el icono de emitir y en segundos estarás viendo el contenido en grande, ideal para presentar, jugar casual o compartir recuerdos en familia.
Lo mismo aplica al ordenador: conecta tu PC por HDMI o de forma inalámbrica si tu tele lo soporta y elige entre duplicar, ampliar o usar solo la TV como monitor. Trabajar con una superficie mayor reduce el cansancio y acelera la multitarea. Añade un teclado y ratón Bluetooth y tendrás un puesto de teletrabajo solvente para email, ofimática en la nube (Google Docs, por ejemplo) y videollamadas, todo con una visibilidad y comodidad superiores.
Tu tele también puede hacer de “ordenador ligero”. Muchas traen navegador web integrado: abre, escribe una dirección y navega como en un PC, mejor si tienes teclado. No esperes la rapidez de un equipo dedicado, pero para consultas, compras o revisar documentos online va de sobra. Al fin y al cabo, dispones de CPU, RAM y almacenamiento para instalar apps y moverte con soltura.
Si una app no está en la tienda de tu tele con Android TV/Google TV, existe la opción de sideloading (instalar archivos APK desde fuentes confiables). La experiencia no siempre es perfecta en pantalla grande, pero puede sacarte del apuro con servicios que no tienen versión específica para TV. Hazlo con cuidado y solo desde repositorios de confianza para minimizar riesgos de seguridad.
Las redes sociales también tienen cabida en la tele: accede desde apps nativas (si existen) o mediante el navegador para consultar Twitter/X, Facebook, Instagram, Twitch o incluso TikTok. Ver stories, directos o vídeos en una diagonal grande cambia por completo la experiencia, y con la pantalla dividida puedes mantener un ojo en la conversación mientras reproduces un directo o un evento en paralelo.
Otra función muy práctica es usar el móvil como mando a distancia de la TV. Con aplicaciones oficiales de cada fabricante (por ejemplo, SmartThings), tu smartphone se convierte en un control remoto completo: cambiar de canal, ajustar volumen, lanzar apps, escribir con el teclado del móvil cuando aparece un campo de búsqueda… incluso puedes activar que el teléfono haga de teclado del televisor para escribir más rápido en la barra de búsqueda del sistema.
Siguiendo con la integración móvil-TV, en algunos ecosistemas puedes enviar directamente el audio del teléfono a la tele. Útil para escuchar un mensaje de voz o un podcast por los altavoces del televisor sin liarte con cables ni emparejamientos nuevos, consiguiendo una reproducción más potente y compartida.
Si te gusta ordenar y afinar la experiencia audiovisual, entra en los ajustes de imagen y sonido. Cambiar el modo de imagen, brillo, contraste, gamma o activar tecnologías de audio como Dolby Audio o DTS puede marcar diferencias notables. Son dos minutos que te dan una percepción mejor de películas y series, y si combinas con una barra de sonido o altavoces decentes, el salto en calidad es inmediato y bien notorio.
Para quienes aún ven TDT o canales lineales, muchas teles ofrecen “televisión a la carta” y funciones PVR: conectas un disco duro USB y puedes programar grabaciones o pausar la emisión en directo. Si vas a llegar tarde a un programa o partido, lo dejas grabando y lo ves cuando quieras; además, el contenido suele ser portable para reproducirlo en la propia tele o en el portátil cuando estás de viaje.
Y, por supuesto, la música: además de apps como Spotify, Apple Music, Deezer o YouTube, puedes lanzar listas de reproducción desde el móvil a la tele. Si tu equipo tiene Chromecast integrado, verás el icono de “enviar” en infinidad de apps; con un toque rediriges la reproducción al televisor, sin preocuparte por cables ni emparejamientos. Es de las formas más simples de convertir la TV en el altavoz de la casa.
Un apunte de hardware: algunos modelos vienen muy completos de serie. Por ejemplo, hay televisores con micrófono integrado para hablar con el Asistente de Google sin tocar el mando, controles Bluetooth que incluyen botón de voz, altavoces integrados de 10 W por canal con decodificación Dolby Audio y DTS, y Chromecast para enviar contenido desde el móvil. Ese conjunto de funciones facilita que, desde el primer día, puedas controlar la tele por voz, disfrutar de un buen sonido y castear sin accesorios extra.
Si necesitas inspiración para sacarle aún más partido, crea “escenas” en casa: al decir “entreno” la TV abre YouTube con tu playlist de rutinas, sube un punto el brillo, activa un temporizador y pone música de fondo; o “modo estudio”, que abre el navegador con tus herramientas en la nube y baja la luz del salón. Con cuatro ajustes habrás convertido la tele en una pieza clave de tu organización diaria.
Con todo lo anterior, queda claro que la tele ya no es solo para ver contenidos: también te ayuda a trabajar mejor, a hacer ejercicio con guías de YouTube o apps de salud, a hablar con tu gente sin pelearte con pantallas pequeñas, a jugar sin consola y a controlar luces, temperatura y seguridad de casa, todo con la voz o el móvil y con posibilidades que quizá no sabías que estaban ahí.