En los últimos años, la expansión de la tecnología 5G ha desatado no solo un debate técnico, sino también muchas teorías conspirativas sin base científica. En este contexto, han surgido productos comercializados como «anti-5G» que aseguran proteger contra daños inexistentes. Sin embargo, lejos de cumplir con esta función, algunos de estos artículos pueden poner en grave peligro la salud debido a su composición radiactiva.
La proliferación de colgantes, pulseras y máscaras para dormir anti-5G ha generado alertas entre las autoridades de seguridad nuclear. Estos productos, promocionados como amuletos protectores, contienen elementos radiactivos que emiten radiación ionizante. La paradoja radica en que, en lugar de proteger, su uso prolongado puede dañar tejidos y ADN. Vamos a analizar en detalle este fenómeno y los riesgos implicados.
La alerta desde Países Bajos
La Autoridad de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica de Países Bajos (ANVS) ha sido clara en sus advertencias. Diversos estudios realizados por esta institución revelaron que varios productos catalogados como «anti-5G» contienen materiales radiactivos como uranio y torio. Aunque en pequeñas dosis, la radiación que emiten, al estar en contacto directo con la piel durante largos periodos, puede superar los límites legales de seguridad. Esto puede ocasionar daños acumulativos en los tejidos.
Entre los artículos identificados se encuentran colgantes, brazaletes, máscaras para dormir y otros accesorios supuestamente «antirradiación». Debido a estos hallazgos, Países Bajos decidió prohibir la venta de estos productos en 2021, exigiendo a los vendedores cesar inmediatamente su comercialización.
Productos y materiales problemáticos
Estos dispositivos «anti-5G» suelen estar fabricados con ceniza volcánica, titanio, turmalina, zeolita, germanio y arena de monacita. Además, incluyen elementos radiactivos naturales que generan un nivel bajo, pero continuo, de radiación ionizante. Este tipo de radiación puede dañar el ADN de las células si la exposición es prolongada. Irónicamente, muchos de estos objetos son promocionados por sus supuestos beneficios al incorporar «iones negativos», lo cual carece de base científica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desmentido las preocupaciones sobre la tecnología 5G, afirmando que emite radiación no ionizante, similar a la de redes anteriores como 3G y 4G. De hecho, estas señales no tienen capacidad para causar daños genéticos ni transmiten enfermedades como el COVID-19, tal y como afirmaban algunas teorías conspirativas al inicio de la pandemia.
Impacto en la salud y medidas de seguridad
A pesar de que las dosis de radiación detectadas en estos productos son bajas, los expertos advierten que la exposición constante y directa puede superar los niveles considerados seguros. Esto es especialmente crítico en accesorios diseñados para contacto continuo con la piel, como collares y brazaletes.
Para aquellos que ya poseen algunos de estos productos, las autoridades recomiendan dejar de usarlos de inmediato y almacenarlos en un lugar seguro. Idealmente, deben guardarse en su embalaje original o en una bolsa sellada, y nunca deben desecharse junto a la basura doméstica. Su gestión requiere un tratamiento especializado debido a la naturaleza radiactiva de los materiales.
Acciones regulatorias y diferencias por países
En España, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha tomado medidas preventivas tras conocer las alertas emitidas por Países Bajos. Aunque no se tiene constancia de que estos productos estén disponibles en el mercado español, el CSN ha recordado que todo artículo que incluya materiales radiactivos debe tener una autorización previa para su comercialización. Además, han subrayado la importancia de proteger a los consumidores frente a productos peligrosos que carecen de justificación desde un punto de vista de seguridad.
Las regulaciones son estrictas en algunos países, pero todavía hay lagunas legales que dificultan la prohibición de estos productos en mercados internacionales. Por ejemplo, Países Bajos no tiene la capacidad de impedir su venta por parte de proveedores extranjeros. Este vacío permite que aún se encuentren disponibles en plataformas como Amazon y Facebook, donde también se comercializan pegatinas y escudos «antirradiación» que carecen de eficacia probada.
Confusiones populares: los «iones negativos»
Uno de los argumentos más frecuentes para promocionar estos productos radica en los supuestos beneficios de los «iones negativos». Según sus vendedores, estos iones mejoran la función inmunológica, aumentan la energía y eliminan contaminantes asociados al 5G. Sin embargo, no existe evidencia científica que respalde ninguna de estas afirmaciones. Al contrario, la presencia de materiales como la arena de monacita y otros elementos radiactivos los convierte en un riesgo real, no en una solución.
La desinformación y el miedo infundado hacia la tecnología 5G han alimentado un mercado de productos carentes de validez científica. Más preocupante aún, algunos de estos productos, promocionados como protectores, resultan ser más peligrosos que aquello contra lo que supuestamente protegen. Es importante que los consumidores estén informados y eviten caer en estas trampas comerciales que ponen en peligro su salud.