La gestión de la alerta masiva a la población durante la DANA que azotó la Comunitat Valenciana el 29 de octubre ha generado una intensa investigación judicial y ha puesto el foco en cómo se coordinan las comunicaciones internas en situaciones de emergencia. Los mensajes de WhatsApp intercambiados entre responsables del Centro de Coordinación de Emergencias y técnicos de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) desvelan que la posibilidad de enviar el aviso Es-Alert se manejó hasta dos horas antes de que finalmente se ejecutara el envío.
Este retraso en la detección, validación y traslado de la alerta ha sido objeto de polémica, ya que el aviso llegó a los teléfonos de la ciudadanía cuando la DANA había provocado ya víctimas mortales y numerosas personas permanecían en situaciones de riesgo. La reconstrucción de las comunicaciones internas y las declaraciones de los implicados han concretado una secuencia de hechos en la que los grupos de WhatsApp fueron el canal principal de discusión y toma de decisiones.
Un aviso de WhatsApp que se retrasó demasiado
La primera comunicación relevante sobre el envío del Es-Alert se produjo a las 18:09 horas del 29 de octubre, según ha confirmado el coordinador de telecomunicaciones de la AVSRE ante la jueza instructora. En ese momento, en un grupo interno de la aplicación de mensajería se notificó la intención de remitir un mensaje automático a la población para recomendar que nadie saliese de su domicilio y se siguieran las instrucciones que posteriormente se emitirían en À Punt.
Esta información se replicó en otros grupos de WhatsApp del personal de Emergencias, consolidando la idea de que se procedería a enviar la alerta masiva por la situación meteorológica extrema. Sin embargo, los siguientes mensajes oficiales indican que no fue hasta las 20:05 cuando se volvió a hablar de que el mensaje estaba siendo redactado y validado por los cargos responsables, entre ellos la entonces consellera Salomé Pradas y el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez. Finalmente, la notificación Es-Alert fue enviada a los teléfonos móviles a las 20:11 horas.
La discrepancia entre el momento en que se planteó la necesidad del aviso y su llegada efectiva a la población ha sido una de las principales críticas vertidas durante la investigación. Las declaraciones apuntan a que, en ese intervalo, hubo fallos técnicos y de comunicación, incluido el colapso de la red telefónica y la posterior configuración de Starlink como alternativa para restablecer la conexión necesaria para distribuir la alerta.
La investigación judicial y las responsabilidades políticas
Diversos testigos, entre ellos responsables técnicos y políticos de la Generalitat Valenciana, han comparecido ante la magistrada encargada del caso. Sus testimonios y la aportación de conversaciones extraídas de WhatsApp han permitido reconstruir la cronología y los motivos del retraso en el envío de la alerta. Uno de los elementos señalado ha sido la decisión de trasladar la reunión del Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrada) a una sala con mayor privacidad, lo que pudo ralentizar la coordinación. Además, la jueza investiga si existieron instrucciones expresas para esperar la validación política antes de proceder al envío.
El proceso judicial se centra en la actuación de la exconsellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, y su ex número dos, Emilio Argüeso, señalados como responsables de la gestión de la emergencia. Se analiza si la alerta llegó tarde por decisiones políticas, falta de conocimiento del sistema Es-Alert o por la dependencia de que todo pasara por un visto bueno de los cargos más altos.
Además, se ha confirmado que algunos borradores del mensaje fueron descartados por ser demasiado específicos sobre el riesgo del embalse de Forata y que finalmente se optó por un aviso generalista para toda la provincia de Valencia.
Problemas de comunicación y la importancia de Starlink
Otro factor decisivo para explicar el retraso fue el colapso de la red de telefonía, según reflejan los mensajes internos. La caída del sistema obligó a los técnicos a recurrir al servicio de internet satelital de Starlink, lo que, según uno de los afectados, fue vital para reanudar las comunicaciones y, finalmente, enviar la alerta. Los propios intervinientes reconocieron más tarde que la noche del 29 de octubre fue «la más complicada que recordaban», en parte por la tensión y la cantidad de incidencias con Telefónica y con la red de comunicaciones de emergencia habitual.
El contenido del mensaje, enviado finalmente horas después del primer aviso interno, fue criticado durante la investigación por su carácter genérico y su escasa concreción en cuanto a las recomendaciones para la población, lo que ha sido valorado negativamente por la autoridad judicial.
La investigación también ha sacado a la luz otros detalles, como los cambios de sala para aumentar la privacidad y la falta de grabaciones de las reuniones del Cecopi, dado que, según los testigos, «por defecto nunca se graban estas sesiones salvo orden expresa».
Así, la reconstrucción de los hechos pone de manifiesto cómo las aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp, se han convertido en una herramienta clave en la coordinación de emergencias, pero también lo vulnerables que pueden ser las comunicaciones en situaciones críticas.
La gestión del aviso masivo durante la DANA de Valencia ha destapado los problemas de coordinación, las dependencias tecnológicas y las decisiones políticas que pueden influir directamente en la efectividad de los sistemas de emergencia, con consecuencias trágicas si las alertas llegan tarde o con una información insuficiente.